Un narco bosnio que no podía caminar se escapó de la prisión domiciliaria: el video del pago de 150 mil dólares para esconder cocaína en un buque
Sofía: Pase.
Ratkovic: ¿Cómo va?
“Luis”: Luis ¿cómo estás? Bien, sentate.
Sofía: Él es la persona que tiene que entrar.
“Luis”: Bueno.
Sofía: Hacele dar una vuelta, esto no se hace con nadie eh nosotros lo hacemos porque… no sé por qué, sinceramente.
“Luis”: Sí, yo les comentaba a los muchachos, esto es, no es habitual, ¿entendés? Porque el puerto tiene dos ingresos, para la gente de la Aduana y para la gente que es despachante o, excepcionalmente, un empresario importador importante, ¿me entendés? Para hacer todo ese trámite tenés que venir con un despachante, te tenés que registrar, TZ es privada, la terminal Zárate es privada, no depende del Estado, ¿me entendés?
Sofía: Quedas filmadísimo.
“Luis”: Quedas filmado, escrachado, con copia de pasaporte, entonces, a mí me parecía que si vamos a hacerlo, a vos no te conviene ni a mí tampoco porque yo soy el que te está haciendo entrar, entendés, y si bien no vamos a hacer nada, porque vamos a ir a dar una vuelta y eso no es delito, a mí me pueden llegar a preguntar, me entendés, más con el nombre que tenés, no tengo nada contra tu nacionalidad, pero si vos me decís que te llamas Juan Pérez, es un Juan Pérez más.
Ratkovic: No, no, y sí.
“Luis”: Y con tu nombre, a ver, no lo tomés como…
Sofía: Igual, disculpame, ahora cuando vayan solitos en la camioneta no van a bajar eh.
“Luis”: Ah eso también te lo quiero explicar porque…
Sofía: Vas a entrar, pero arriba con una camioneta para cuidarte a vos y a él.
Ratkovic: Está bien, está bien, yo creo todo aquí, yo quería hablar, conocer gente.
Sofía: La gente de arriba.
Ratkovic: Saber un poco más, última vez nosotros mandamos, haciendo el trabajo, segunda, con precinto falso.
Sofía: Con otra gente.
Ratkovic: Yo cobré, pensé en pagarles anoche, primera noche, hacerles el pago, hablamos mucho.
Sofía: Más que nada el hombre no quiere hacerles bajar de la camioneta.
Ratkovic: Sacar foto, nada más.
“Luis”: ¿Vas a sacar fotos?
Ratkovic: Nada más.
“Luis”: ¿No querés que te pase yo las fotos? ¿A qué querés sacarles fotos?
Ratkovic: Nada más adentro del lugar.
Sofía: Dejalo que lo filme si va a estar arriba de la camioneta.
“Luis”: No a nosotros eh por favor.
Ratkovic: No, no, no.
Sofía: Va a filmar un poquito.
Ratkovic: No, poco, dentro, para tener un control nada más.
“Luis”: Mirá que te vuelvo a repetir, el personal de seguridad que está en la puerta por donde vamos a pasar ahora nosotros no es nuestro personal, es de una terminal privada, si vos estás con el celu filmando así, no vamos a entrar.
Ratkovic: No, poquito, solo lugar.
“Luis”: Filmar así, adentro, que esa era mi duda, viste.
Ratkovic: Tú me dices cuando puedo filmar.
“Luis”: Dale, yo te digo.
Sofía: Vos avisale.
“Luis”: Qué sé yo, no sé, esta terminal es mucho más grande que Euro, la que está en Campana.
Sofía: La persona que está en la puerta, que es la que nos hace entrar, no está en el combo.
Ratkovic: Ajá, sí.
“Luis”: Y vas a estirar el bracito para que te tome la temperatura, ¿está bien? Espero que no tengas temperatura.
Ratkovic: No.
Sofía: Lo único que falta.
El 6 de agosto de 2021, José Damián Sofía, alias «Tano», llevó a Bozidar Ratkovic al puesto de resguardo de la Terminal Zárate, sobre camino de la Costa Brava y las vías. El bosnio quería conocer las instalaciones del lugar para analizar cuál era la mejor manera de contaminar con 165 kilos de cocaína el buque Grande Francia. En la oficina, los atendió «Luis». Lo que no sabían era que este «contacto» no era un empleado infiel de la terminal privada, era un agente encubierto de la División Hidrovía del Paraná de la Policía Federal (PFA).
«Luis» y «Charly», otro agente encubierto, actuaron muy bien su papel: durante semanas se aprendieron conceptos como rip off, un premiado y lata envenenada, para no levantar sospechas. A la salida de la reunión en el puerto, colocaron un GPS en la camioneta Toyota Amarok para seguir los movimientos, pero uno de la banda lo encontró. La suerte estuvo de su lado: Ratkovic desconfió de Sofía.
El «Tano» quedó out, pero la operación continuó.
A principios de abril del 2022, César Luis Maidana, convocado por la colombiana Mónica Liliana Gutiérrez Valencia para reemplazar a Sofía en las negociaciones, se presentó en la terminal de Zárate y entregó 150 mil dólares para que «Luis» y «Charly» hicieran su parte y dejaran entrar el cargamento.
Al día siguiente, sin embargo, el juez federal de Campana Adrián González Charvay ordenó arrestar a nueve personas, entre ellos al bosnio Ratkovic, de 56 años, al búlgaro Dragan Rangelov, de 44, a la colombiana Gutiérrez Valencia, de 43, y al propio Maidana.
La operación fue un éxito: el pago quedó registrado, como demuestran el video y la foto a las que accedió Encripdata, y la cocaína llegó de manera «controlada» a Tenerife, Islas Canarias, España.
El magistrado comenzó la investigación contra la organización narcocriminal en mayo del 2021 a partir de un dato aportado por un informante y, tras el pago del «peaje», activó las detenciones: Ratkovic estaba por ir a Bolivia a esperar que todo saliera bien. Cuando allanaron la casa de Maidana en el Boca Ratón Country Club, Pilar, los policías secuestraron 150 mil dólares más en una caja fuerte.
Esa plata era para la siguiente operación: querían subir 400 kilos más en mayo en el Grande Buenos Aires, de la naviera Grimaldi. Si esos «ladrillos» quedaron en algún rincón de Buenos Aires, solo sus dueños lo saben.
En paralelo, el 12 de mayo de 2021, la DEA de los Estados Unidos (Drug Enforcement Administration) alertó a la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) sobre la presencia en Buenos Aires del colombiano Gabriel Jaime Londoño Rojas, mencionado en varios casos en su país de origen. El fiscal Diego Iglesias, a cargo de la fiscalía antidrogas, puso en conocimiento del juez González Charvay la información de la agencia estadounidense.
El magistrado ya sabía quién era la conexión local: de nuevo, Sofía. Pero, esta vez, el «Tano» quería mover por Rosario diez veces más que en Campana. Entonces, tras las tareas de rigor, dio la orden de «romper»: la División Hidrovía del Paraná halló el 26 de agosto del 2022 el histórico cargamento en un sucio galpón de Empalme Graneros, uno de los barrios más violentos de Rosario, donde otro colombiano, Álvaro Antonio Ramírez Duque, estuvo en julio para acondicionar todo.
El 28 de diciembre del 2023, a solo 16 meses de los allanamientos y las detenciones, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOC) 3 de Rosario condenó a 11 años de prisión al «Tano» Sofía y a penas de entre 3 y 12 años de prisión a siete miembros más de la organización narcocriminal local contratada por un clan colombiano para el contrabando de 1658 kilos de cocaína desde la Hidrovía hacia España, en lo que fue el mayor decomiso en la historia de Santa Fe y el cuarto a nivel nacional.
Casualidad o no, ese mismo día, el bosnio Ratkovic, sin fecha de juicio por los 165 kilos en el puerto de Zárate, se escapó de la prisión domiciliaria que cumplía en la casa de su pareja, una joven argentina, como adelantó el periodista Federico Fahsbender en Infobae.
El narcotraficante bosnio estaba a disposición del Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) 4 de San Martín. El 12 de enero del 2023 sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) del hemisferio derecho con hemiplejía, parálisis de miembros superior e inferior del lado izquierdo, inestabilidad corporal y afasia. Estuvo cuatro meses en el Hospital Eunerkian. En mayo ingresó al Hospital Penitenciario Central (HPC).
Sin embargo, como el Servicio Penitenciario Federal (SPF) no podía brindarle el tratamiento de extensión necesario, el tribunal le concedió la prisión domiciliaria con tobillera electrónica en la casa de su pareja, una joven argentina, de 35 años, madre de su hijo, quien firmó un acta y se comprometió a no permitir que Ratkovic egresara injustificadamente del domicilio fijado o, caso contrario, dar inmediato aviso a las autoridades.
Pero algo no funcionó.
El día de los Santos Inocentes, se fue de casa y no volvió nunca más.
Un detalle: según los médicos, Ratkovic no podía caminar ni vestirse por su cuenta.