Encripdata

Un paso adelante

Designaron como jefe de la lucha contra la inseguridad narco en Rosario a un gendarme investigado por el armado de una causa narco en Salta

Comandante mayor Ricardo Castillo, jefe de Gendarmería en Rosario

Castillo, jefe de Gendarmería. Crédito: Ministerio de Seguridad.

Para combatir la inseguridad en Rosario, asociada fuertemente a la disputa territorial entre organizaciones narcocriminales, el gobernador de Santa Fe Omar Perotti y el jefe de Gendarmería Andrés Severino presentaron en sociedad al flamante jefe del Comando Unificado con asiento en Rosario, Ricardo Daniel Castillo, al que, como viene informando Encripdata, el juez federal de Salta Julio Bavio investiga por el armado de una causa al narcotraficante Claudio Andrada, alias «Gallo» o «Piturro».

Aunque la Gobernación santafesina decidió no incluir la cuestión en la gacetilla de prensa, los periodistas presentes en la conferencia de prensa preguntaron por la situación procesal de Castillo y Serevino lo defendió: «Hicimos un análisis de ese caso en particular. El comandante mayor Castillo, junto con otro comandante mayor oficial superior de la fuerza, que es el director de Inteligencia Criminal, que es un área sensible, fueron víctimas de una denuncia anónima por la cual hasta ha llegado a una instancia de la declaración indagatoria, como instituto para poder ejercer su defensa. Se le ha decretado la falta de mérito y ya está en trámite en la otra instancia superior del juzgado para terminar con la causa con una absolución». El director de Inteligencia Criminal, también imputado en el expediente, se llama Favio Waldo Benegas.

En otras palabras: Severino conocía la situación de Castillo y así y todo lo designó al frente del Comando Unificado de Gendarmería en Rosario para intentar frenar la violencia en una ciudad en constante disputa, muerto tras muerto, entre Ariel Máximo Cantero, alias «Guille», con sus «Monos» y Esteban Lindor Alvarado con los suyos.

Lo que no dijo Severino sobre Castillo y Benegas fue que la causa por la que ahora los investigan data del 2009 cuando los dos no ocupaban puestos importantes. En aquella época, Castillo era el jefe de la Unidad Especial de Procedimientos Judiciales (Uesprojud) de Orán, Salta, y Benegas reportaba para él.

Lo que tampoco dijo Severino fue que, además de la falsa denuncia anónima, en el expediente también consta el mail que Benegas le mandó a Castillo para comenzar de manera irregular la investigación contra «Gallo» Andrada.

En el correo titulado «trabajo futuro», el subordinado le informó a su jefe: «Daniel: te adjunto el posible texto de la denuncia anónima que enviaríamos por mail para comenzar el trabajo. Notarás que es un poco larga, pero es a los efectos de introducir la mayor cantidad de teléfonos y que de esta manera se nos faciliten las cosas para obtener elementos de forma rápida que nos permitan sostener y avanzar en la investigación hasta encontrar los nuevos teléfonos que están usando y los domicilios. Evalualo con el doctor Reynoso y si deciden que es viable, lo enviaríamos al correo de la Dirandro, y el impreso del correo te lo enviaríamos a vos por expediente para que realices la presentación en la justicia jurisdiccional. También pensé en hacer un escrito para que vos lo presentes con tu firma, como obtenido de un análisis, pero a futuro nos pueden objetar de donde obtuvimos los números telefónicos, que son muy precisos. Quizás la fuente de donde provienen sea el origen de una futura nulidad. A un anónimo nadie lo objeta. No obstante, espero tu respuesta de la entrevista con el doctor Reynoso. Te mando un abrazo, nos mantenemos contacto. Favio Benegas».

Durante el juicio a la banda de Andrada, el fiscal Carlos Amad, luego de escuchar el testimonio de un gendarme sobre cómo iniciaron esa investigación, solicitó allanar de inmediato la Uesprojud de Gendarmería en Orán. En esa base, encontró el mail de Benegas a Castillo, un mail de «Ismael denuncia» con los mismos datos de la primera denuncia trucha y el recorte de un diario sobre los dichos del ministro de la Corte Suprema de Justicia Carlos Fayt: «Se necesita que no siga lloviendo droga en el norte argentino».

Para los jueces del tribunal de Salta, Mario Juárez Almaraz, Marta Snopek y Federico Díaz, fue tan claro el armado de la denuncia anónima que no les quedó otra que absolver a mitad del 2017 al «Gallo» y todos los acusados menos a uno, pero para que el jefe de la organización narcocriminal no se saliera con la suya, declararon la incompetencia para que otro tribunal llevara adelante el debate por un segundo hecho independiente del primero, el secuestro de 583 kilos de cocaína incautados en Córdoba. En el nuevo debate, los integrantes de otro tribunal de Salta sentenciaron a Andrada a 18 años de prisión. Condenado y enfermo, el jefe narco falleció el 25 de octubre de 2021 en la cárcel. Tenía 43 años.

Al exjuez Reynoso también lo condenaron por irregularidades en otras causas narcos, pero cada tanto lo benefician con salidas excepcionales para visitar a su esposa enferma en la casa.

Desde el 2017, entonces, las autoridades de Gendarmería sabían que dos de los suyos habían quedado en el radar de la Justicia. Después de que los fiscales Amad, Eduardo Villalba y Diego Iglesias se lo solicitaran, el juez Bavio finalmente indagó a principios del 2022 a Reynoso, Castillo y Benegas.

Aunque el tribunal absolvió a Andrada por el armado de la causa, ahora el juez Bavio puso todo en duda: como publicó Encripdata, el 11 de marzo les dictó la falta de mérito para procesarlos o sobreseerlos.

Para eso, tuvo en cuenta dos cosas: por un lado, la duda creada por Benegas al decir que la cuenta desde la que se envió el mail no era de su propiedad y por otro lado, el oficio de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci), a cargo de Horacio Azzolin, en el que informó, con base a la respuesta de Microsoft Corp del 20 de diciembre de 2017, que «no se pudo localizar la cuenta de mail» adjudicada a Benegas ni se pudo identificar redes sociales u otros correos electrónicos relacionados a Benegas, Castillo, el gendarme testigo Sergio Nicolás Guaymas y el exjuez Reynoso.

Si quisiera, el fiscal Azzolin podría informar que Benegas tiene cuenta de Twitter: al cierre de esta nota, todavía se podían ver los mensajes compartidos por ahora el jefe de Inteligenia de Gendarmería sobre procedimientos de su fuerza, como el operativo Remolque Narco del 20 de febrero del 2017, u otros hechos por el Ministerio de Seguridad. El fiscal Amad encontró el 23 de mayo de 2017 en la Uesprojud de Orán la prueba determinante por la que los gendarmes fueron indagado este año. Dos días después, Benegas dejó de escribir en esa red social, pero no nada más.

Ese es el perfil del hombre que desde hoy está al frente del Comando Unificado de Gendarmería en Rosario. Según el más reciente informe del Observatorio de Seguridad Pública del ministerio provincial, entre el 1 de enero y el 1 de mayo se registraron 83 crímenes en la ciudad: el 82% fue en la calle, el 59% fue por «economía ilegal u organización criminal», el 86% fue con armas de fuego, el 75% fue con planificación previa y el 51% fue por «mandato o pacto previo». La mitad de las víctimas -la gran mayoría hombres- tenía entre 15 y 29 años. Todas señales típicas de la guerra narco.

La desidia es tal que aunque Cantero y Alvarado están presos en cárceles de máxima seguridad, a través de celulares o incluso teléfonos de línea «bajan» las órdenes para cometer amenazas, balaceras o ajustes de cuentas.

Mientras se resuelve su situación procesal, Castillo deberá mostrar resultados en la ciudad que en lo que va del año concentra el 57% de los homicidios de toda la provincia.

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