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Un paso adelante

Investigan si Guastini ordenó tres crímenes

Investigan si Diego Guastini ordenó tres crímenes

Anabella Blumetti, una de las víctimas de un ajuste de cuentas ligado a Guastini. Crédito: Encripdata.

«Me dieron, me dieron», fue lo último que pudo decir Diego Xavier Guastini luego de que un sicario, apoyado por dos autos, fuera a callarlo para siempre de tres balazos la mañana del lunes 28 de octubre de 2019 a la vuelta de la Municipalidad de Quilmes.

Guastini, como «arrepentido», había hablado en tres causas narco hasta el punto de hacer caer al clan Loza, al fiscal Scapolan y al narco Atachahua Espinoza, pero, tras su asesinato, un financista y un narco con los que hizo negocios lo responsabilizaron por tres crímenes.

El financista que se animó a declarar como testigo en la Justicia, como había anticipado Encripdata el 13 de julio, fue Luciano Viale, hijo de Pedro Tomás «Lauchón» Viale, experimentado espía de la exsecretaría de Inteligencia (SIDE, ahora AFI) asesinado el 9 de julio de 2013 en un operativo antinarco del Grupo Halcón de la Policía Bonaerense. Los Viale trabajaron con Guastini en la cueva de Florida 520.

Según Viale, el financista Hugo Díaz no desapareció el 9 de marzo de 2015 sino que fue asesinado en la cueva del propio Guastini, aunque no precisó el móvil ni reconoció haber estado en el lugar.

Un empleado de seguridad de Guastini indicó que Díaz entró aquel día en la cueva, pero que nunca salió. Un traficante dio la misma versión. Agregó un dato más: que el financista Damián Stefanini, visto por última vez el 17 de octubre de 2014, murió en circunstancias similares, aunque dos fuentes de la investigación minimizaron esa hipótesis. Este narco murió tras una larga enfermedad, pero su testimonio quedó asentado en la Justicia.

Otro narco, del que Encripdata por ahora no revelará su identidad, también esperó a que Guastini estuviera muerto para declarar que el mismo Guastini había ordenado matar a Christian Quinteros y Anabella Blumetti porque nunca le pagaron 60 kilos de cocaína que les había entregado.

Siempre según el narco que declaró como testigo de identidad reservada, Guastini accedió al pedido de dos traficantes con los que trabajaba para adelantarle esos kilos a Quinteros, pero como éste nunca le pagó, aquel les exigió a los intermediarios que «solucionaran el problema».

El 6 de diciembre de 2018 en Navarro, a Quinteros le hicieron de todo para que les pagara la deuda: comenzaron por tajearle el cuerpo, pero resistió. Le cortaron la oreja izquierda, pero se mantuvo callado. Le dispararon en las rodillas, pero sólo gritó de dolor. Le extirparon el ojo izquierdo, pero ni siquiera con eso lo pudieron aflojar. Al final, en un estado irreversible, lo ultimaron.

Quien sea que haya planeado su crimen no quedó satisfecho con eso. En consecuencia, ordenó ir tras la viuda, pero ella dijo no saber nada. El 6 de febrero de 2019 en Francisco Álvarez, entonces, acribillaron a Blumetti, la viuda de Quinteros, mientras manejaba su Chevrolet Meriva. Pero uno de los intermediarios dejó las huellas en las dos escenas de los crímenes: incluso usó de «carnada» a su pareja para poder matar a Blumetti.

Solo el tiempo dirá si lo dicho por el financista y el narcotraficante es verdad o, como supo hacer Guastini, le tiraron los muertos una vez muerto.

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